Como cada 20 de enero el municipio de Soledad se prepara para la celebración del Ceremonial de la Muerte, que este año llega a su décimo novena edición. A partir de las 7 de la noche, cientos de artistas vestidos como el personaje central del evento, realizan un asalto en el Palacio Real de Nicolle Pájaro Rolando (carrera 28 #26-47), finalizando en la plaza municipal con un montaje dirigido, producido e interpretado en su totalidad, por talento local.

 

El ceremonial de la Muerte de Soledad, es una sucesión  de imágenes  presididas por la muerte (representada a través del conocido disfraz de tela ceñido al cuerpo pintado con la figura de un esqueleto humano) y que, en actitud de danza, dialoga y atrae uno a uno los personajes habituales representativos  de las diferentes clases sociales. En esta tradición soledeña, la iconografía macabra de origen pagano representa a los muertos como esqueletos danzantes que invitan a bailar a los  vivos.

 

Este ceremonial se remonta a tiempos coloniales cuando los miembros de la Iglesia Católica, con el fin de escenificar la muerte como un paso hacia la vida eterna, representaban frente al templo de San Antonio de Padua la danza de los diablos espejos y las muertes.

 

A finales del siglo XIX e inicios del XX, esta danza fue integrada a los carnavales traído por los españoles y otros emigrantes de Europa, y se iniciaba cada 20 de enero (día de San Sebastián), celebrando a su vez la fecha de inauguración de la Parroquia de San Antonio de Padua de Soledad (1743),  y muy cerca de la fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria. Con el tiempo esa tradición se convirtió en un  patrimonio cultural inmaterial que hacía parte de los días previos a los carnavales en Soledad. Cada 20 de enero, en las noches, esqueletos danzaban por las polvorientas y oscuras calles de aquella vieja Soledad, asustando a niños y adultos.

 

Esa vieja tradición  estuvo  presente en los carnavales hasta finales de la década de los sesenta, época en la que se extinguió el mencionado patrimonio popular de Soledad. 

 

Fue en 1987 cuando un equipo de investigación de la Academia de Historia de Soledad coordinado por Fernando Ferrer Ferrer, Armulio del Valle, Rafael U. Lafaurie y Nuris Solano Nieto, investigó sobre el tema y, reconociendo su importancia, retomaron esta tradición. A partir de entonces, cada 20 de enero se realiza año tras año con los aportes e intervención de la comunidad folclórica y cultural del municipio. Hoy en día es una manifestación particular de esta comunidad, lo que la diferencia de otras celebraciones municipales en la pretemporada carnavalera.